Día de la Música: sentir, tocar y vibrar con el corazón
- Helen Keller
- 25 jun
- 2 Min. de lectura
En la Escuela Helen Keller celebramos el Día Mundial de la Música con entusiasmo, ritmo y emoción. Hace algunos días nuestros alumnos vivieron una experiencia inolvidable al acercarse a uno de los instrumentos que despiertan mayor curiosidad y energía: la guitarra eléctrica.
Este acercamiento es mucho más que una clase: es un puente hacia el desarrollo personal, la expresión emocional y el descubrimiento de habilidades que trascienden la vista. La música, en nuestro modelo educativo, es una herramienta poderosa de inclusión, estimulación sensorial y libertad creativa.
¿Por qué es importante que los niños con discapacidad visual se acerquen a la música?
La música no necesita ser vista para ser entendida. Nuestros estudiantes aprenden a sentir las vibraciones, afinar el oído y seguir el ritmo con una sensibilidad profunda y única. Para muchos de ellos, la música se convierte en un canal natural para expresarse, comunicarse y conectarse con el entorno.
Durante estas clases, se fortalece:
La memoria auditiva y la concentración.
El uso refinado del oído como herramienta de orientación y aprendizaje.
La confianza personal y la autoestima.
Además, la experiencia de tocar un instrumento como la guitarra eléctrica les brinda la oportunidad de romper estereotipos, mostrar su talento y reconocerse capaces de dominar habilidades complejas, como cualquier otro niño.
Estas actividades forman parte del modelo educativo integral que promovemos en nuestra escuela, donde cada estudiante encuentra caminos adaptados a sus capacidades, intereses y ritmo de aprendizaje. La música, sin duda, se convierte en uno de los lenguajes más inclusivos que existen.
Gracias a nuestros docentes, equipo de música y a las familias por apoyar este tipo de experiencias sensoriales, que dejan huella en el corazón de nuestros niños.
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